En estos tiempos en que el turismo ha quedado en saco roto, os voy a hacer un recorrido “virtual” por mi ciudad ...
Ayer salí a pasear y me dirigí hacia “la Barcelona antigua”, el “Barrio Gótico”. Dicho así porque mantiene su alma de la época medieval (aunque en su acceso aún se pueden encontrar vestigios de la Barcinonem (o Barcinova) romana.
Empecé el recorrido en la Plaça de Catalunya, centro histórico de Barcelona a partir de la cual, en dirección al mar, se encuentra lo que fue la antigua urbe (cabe decir que, debido a la situación actual que nos acontece, la ciudad se encuentra extrañamente vacía, sobretodo para esta plena época turística estival) allí donde apenas podías andar en linea recta y debías ir esquivando la marea humana de turistas y propios barceloneses, ahora aparece una desconocida visión abierta sin que nada obstruya la perspectiva de cunto nos precede. La plaça de Catalunya, Les Rambles, el paseo que bordea el puerto ... ofrecen una vista inaudita sin apenas gente. Solo palomas y gaviotas se encuentran a sus anchas ...
La Plaça de Catalunya ...
Les Rambles, con el mercado de Boqueria (siempre repleto de turistas), algún que otro edificio modernista, el mosaico de Miró (donde tuvo lugar el tristemente célebre atentado terrorista de hace 3 años) todo vacío ...
Bajando hacia el puerto, a mano izquierda, encontramos la calle Portaferriça, que tomó su nombre de la barra de hierro que se usaba para cerrarla.
Ésta era una de las puerta de entrada a la antigua ciudad y tiene la macabra historia de que en su parte exterior se colgaban los reos ajusticiados hasta que sus cuerpos se descomponían con el paso del tiempo, para aviso y toque de atención para aquellos que llegaban a la ciudad con dudosas intenciones ...
En su inicio, se encuentra un antiguo mosaico y fuente que la recuerda
Entro por ella, en dirección a la Catedral, pero antes tomo la segunda calle a la derecha (calle Petritxol) celebérrima calle de granjas donde se reune la gente joven y no tan joven (para tomar chocolate y las pastas que surjan al paso) en dirección a la plaça del Pi (plaza del Pino) con la iglesia de Santa Maria del Pi, que posee el mayor rosetón de la época (ahora en restauración)
Tras la iglesia se encuentra la pequeña plazoleta de Sant Josep Oriol, en la que hay una estàtua del gran maestro de las letras catalanas, Àngel Guimerà
Retomo mis pasos hacia la calle de Portaferriça para encaminarme hacia la Catedral y pocos pasos antes paso por la Font de Santa Anna (fuente de Santa Ana)
