Mis abuelos, a través de generaciones, habían tenido una masía donde mi hermana y yo de pequeños habíamos pasado largas temporadas y sus campos y bosque eran nuestro patio de juegos junto con las nietas e hijas de aquellos que cuidaban de los campos que, más que trabajadores y cuidadores de las tierras, llegaron a ser más que familia y aún mantenemos una estrecha relación con ellas (ya que sus padres y abuelos ya no se encuentran entre nosotros). Mi hermana llamaba “abuela Antonia” a la abuela de ellas y ellas llamaban “abuela María” a nuestra abuela.
Esta masía aparece en Google y mis abuelos habían vivido allí. Era su casa hasta que en la postguerra, allá por 1.940, vinieron a vivir a Barcelona y quedaron en la masía los “massoveros” (aquella gente que se hacía cargo del “mas” o “masía”) y mis abuelos iban cuando ya empezaba a hacer buen tiempo hasta que llegaba el otoño, época en que regresaban a Barcelona y mi hermana y yo íbamos a passar con ellos nuestras vacaciones escolares de verano desde Junio hasta Septiembre.
Esta masía es muy grande, del siglo XV e incluso tenía la cuadra en su interior
Aparece en Google y tiene algunas anécdotas en su haber como unas vigas ahumadas en la parte alta, que de pequeño siempre me contaron que son de cuando las tropas de Napoleón estuvieron en allí y quemaron unos muebles; o bien, en época ya más reciente cuando en la pasada guerra civil (1.936 – 1.939) escondieron a un hombre en un agujero de la pared sobre la cuadra y cuando llegaron las tropas a buscarlo no consiguieron encontrarle.
Así pasamos nuestra infancia (y no tan infancia hasta mi adolescencia) en que mi abuelo ya se encontraba mayor para ir a pasar el verano allí y la vendió, junto con todas sus tierras, campos y bosque donde tantas horas habíamos pasado de niños.
Pues bien, ayer aprovechando mi nueva moto (una
Honda ADV 350), fui a recordar tiempos pasados ... empezando, cómo no, per el pueblo en el que se encuentra ubicada ...
Debo pediros disculpas pues hice video pero lo hice de una forma distinta a la habitual y no sé cómo subirlo por lo que iré haciendo capturas de pantalla y las iré poniendo ...
Justo en la entrada del pueblo encontramos la ermita de Sant Miquel, del siglo XI, que pese a estar catalogada como “ermita” no se tiene constancia de que haya habido nunca un ermitaño que viviera o que se encargara de su mantenimiento.
Tiene una sola planta, como es habitual, con el ábside acabado con los clásicos arcos lombardos y contrariamente a la construcción de las edificaciones religiosas que se encuentran orientadas en una determinada dirección geogáfica, esta ermita lo está de manera que su puerta de acceso quede a sotavento de los rigores invernales, quedando así protegida su entrada de los fríos inviernos.
Ya en el interior del pueblo, en su parte más elevada, teniendo una amplia vista sobre toda la comarca se encuentra el castillo, de los siglos XI-XII, de planta poliédrica de once caras desde el cual podía tenerse una perfecta visión de todo cuanto aconteciera en las proximidades.
De ahí ya salgo hacia el Raval, distante un par de kms. del pueblo, a pies del Puig Aguilera que con 650 m. de altura sirve de ampara a las masías del lugar.
El Raval se trata de una serie de casas alineadas, edificadas en el siglo XVIII por los propietarios de la próxima masía de Can Guilera (siglo XVI) como vivienda para las familias que cuidaban de sus tierras
Mis abuelos vivían en la masía y unos tíos (el hermano de mi abhuela materna, el Tiet Pepet) a quien quería mucho de niño, vivían en el Raval que se veía desde la era de la masía y que se da la circunstancia de que en la pasada guerra civil esta zona fue durante mucho tiempo el frente de batalla alternándose contínuamente las posiciones de ambos bandos y frecuentemente mis abuelos, en la masía, estaban en la zona de uno de los bandos y mis tíos, en el Raval, se encontraban en la zona contraria.
Ventaiols, la masía, lleva aún actualmente el nombre de la familia (es mi segundo apellido) y tiene una raiz latina que significa “lugar elevado y aislado expuesto al viento” y así es ya que se encuentra enclavada en un promontorio elevado respecto a sus alrededores.
Curiosamente el nombre con que aparece la masía (y con que están rotulados los carteles indicadores que hay) está escrito con “i” latina y no con la “y” griega que lleva nuestro apellido. Ello es debido a que en dicha rotulación y registros correspondientes se respeta su raiz latina y no el cambio que tuvo lugar de una por la otra hace ya incontables generaciones.
Justo este rótulo que indica el “Puente de Ventaiols” es donde empiezan los terrenos de la masía y de mi familia (huertos, campos, viñas, y el bosque desde ella hasta la cima del Puig Aguilera)
Llegando a la casa paso por un lugar en que antes era una buena carretera de tierra y que ahora, con el abandono ha crecido el bosque en ella. Al igual que en el acceso a unas viñas que bajo la casa tenía mi tío Pepet; así como la cabaña en la que tantas veces habíamos pasado ratos y meriendas habíamos hecho y que ahora se encuentra ya en vías de desaparecer (adjunto una fotografía de cuando estaba en buen estado)
Como era de suponer, cuando estoy a cierta distancia veo que hay gente en la casa (seguramente aquellos que se encargan de ella cuando no están los actuales propietarios) y no voy a acercarme, por lo que las fotografías que os mostraré para enseñaros la casa son las que guardo en mi poder de antes o de algún otro día que fuí y no había nadie en ella ...
La “parte de atrás”, lugar por donde se llega a la casa. La rampa que se ve es por donde subían los carros con las uvas de la vendímia para vaciarlos (la ventana del medio de arriba era mi habitación)
El paso desde la “parte de atrás” a la “parte de delante” (o la fachada principal de la casa)
Finalmente, la parte de delante. La primera, la vista completa, está tomada desde “el Pi gros” (el “pino gordo”) lugar preferido para nuestros juegos de pequeños y al que posteriormente mató un rayo.
Así, pues, por una pista a través del bosque me dirijo al Puig Aguilera. En su cima se encuentran los restos de lo que fue un antiguo observatorio de la guerra civil, desde el que avisaban a la ciudad de Barcelona cuando divisaban aviones fascistas que se dirijían hacia ella para bombardearla o bien, debido a su excelente situación cuando se divisaban columnas de tropas que desde Madrid o Zaragoza se dirigían así mismo hacia Barcelona (cabe destacar que, según se dice, Barcelona posee el triste récord de que fue la primera ciudad de la historia que fue bombardeada exclusivamente la población civil).
Cuando estábamos en Ventayols, muchas tardes cogíamos una cesta de mimbre con la merienda e íbamos allí a merendar. Lamentablemente, igualmente debido al abandono y al vandalismo, ahora solo queda un escaso medio metro de pared (cuando no hace muchos años había estado allí y aún quedaba bastante parte de pared en pie, según puede apreciarse en la fotografía del Defender que pongo). Un poco más allá del observatorio hay un agujero en el suelo. Se trata de un pequeño refugio que excavó la dotación que estaba destacada en él para refugiarse en el caso de ser objetivos de algún ataque aéreo.
Y, ya, doy por acabada la salida (que así mismo es la primera con la moto) y regreso a casa.
Espero os haya gustado (o al menos lo hayáis encontrado curioso). Para mi fue una vuelta al pasado ...
Un fuerte abrazo
Ya veré si me acuerdo de ponerla. Pues no recuerdo cómo hacerlo ... 