Van algunas más:
La RP-43 está parcialmente asfaltada, con un abra que supera los 4.000 m.s.n.m., con paisajes dignos de una postal. Donde no lo está, la erosión provoca los cosabidos "serruchos", haciendo que todo el mundo transite en forma paralela a campo traviesa.-
En la zona de la Laguna Blanca el prolijo asfalto se pierde en el agua, existiendo un desvío en pésimo estado (en ese momento al menos) que hace que uno vuelva a transitar por cualquier
lado, excusa suficiente para bordear la laguna y un pequeño salar.
De pura casualidad embocamos en la fiesta patronal de Antofalla, con actos comunitarios tales como la consabida procesión, la creación del Centro Tradicionalista y la primera cuadrera del pueblo. Un acontecimiento.
De regreso cumplimos con un "pendiente" que llevaba varios años en el cuaderno: La Cuesta de Zapata, derrumbada hace ya tiempo. Aquí el Defe mostró para qué está hecho, aunque algunos de mis acompañantes decidieron en algún momento bajarse...
En fin, como siempre, me quedé con muchas ganas de ver otros lugares, con lo que mi cuaderno en vez de achicarse se va engrosando. La principal fue el camino (o casi) que une
El Peñón con Fiambalá por la Cordillera de Buenaventura y el desvío a Las Papas. La gente del lugar me desalentó (creo que con razón) por las bajas temperaturas de la época, ya que, como siempre, viajábamos en un solo vehículo. Será la próxima.