Un breve relato la salida.
Fue una travesía corta, pero entretenida. Anduvimos por huellas perdidas
comimos un borreguito asado que se deshacía y dormimos en una especie de heladera/galpón
utilizada habitualmente por los esquiladores. Nos tocaron dos días inmejorables,
temperatura agradable, nada de viento y casi sin nubes.
Demasiado para ser mediados de mayo en Paso de Indios.
Recorrimos unos caminos de ripio y tierra muy entretenidos y atravesamos un par de lagunas secas ideales como para descarbonizar el motor.
Los excursionistas :
Alfredo fue en su ballena con su hijo mayor y el cuatri que fue de gran ayuda.
Ruy y su amigo en la f-150
Y yo con mi hijo Facu en el Defe
El día sábado encaramos desde el Norte, atravesamos una gran laguna seca por más de 3Km y nos incursionamos campo adentro un poco más de 1km. Ubicamos el cañadón que nos guiaría a destino, pero pudimos avanzar muy poco, los matas molestaba bastante,
aparecían piedras grandes y algunos cañadones con el tamaño y la profundidad justa como para que sea imposible atravesarlos y mucho menos circular por dentro de ellos.
Desde el sur el tema fue distinto. Avanzamos por la huella que vimos desde las imágenes satelitales, que de a ratos se nos perdía por la cantidad de rocas ígneas volcánicas (basalto) o también conocidas como piedras grandes y livianas.
En algunas partes estas rocas tapizaban todo el suelo haciendo el avance extremadamente lento. Llegamos a la “aguada del guanaco”
a la que se suponía que era relativamente fácil llegar. De ahí en más se hacía imposible avanzar en 4 ruedas. Quedamos a 3,9 Km de donde habíamos llegando el día anterior en el otro extremo del cañadón, todo cuesta abajo.
En resumen, nos encontramos con un paisaje y terreno mucho más complicado de lo que se podía apreciar en las imágenes. Las rocas sueltas no se ven en las imágenes y las matas altas que se cierran desde el aire se ven mucho más chicas. Y por último los cañadones se ven más anchos de lo que en realidad son.
Era una salida para hacerla en moto, ni siquiera en cuatri, al menos el tramo que quedó por recorrer.
El tiempo nos acompañó, nos recibieron muy bien la gente del campo
y el grupo se aguantó el frío de la noche sin chistar.
Volveremos a Paso de Indios, tal vez a un campo cercano o al mismo.
Saludos
Diego.-