Estaba “reviendo” este post y me ha llevado a hace muuuchos años, cuando en nuestra juventud de forma muy rudimentaria salíamos con los medios que teníamos (o nos inventábamos) Por cierto, que en posts que llevan un tiempo no puedo ver las fotos pero he visto ésta y me he acordado de esos “inventos” ...
Pues, sí. Muy buena opción y mucha polivalencia. Artesanal pero efectiva. Hará unos 30 años, como el 88 Especial tenía el doble techo característico de los Series, me preparé una lona impermeabilizada lo suficientemente larga para que, al igual que el techo, los faldones formaran un habitáculo similar a una especie de porche y puse unos “ojetes” metálicos separados entre ellos unos 20 cm. aproximadamente a todo lo largo de los laterales de la lona, de modo que pudiera anclarla en los separadores del doble techo con unas “S” metálicas que compré en la ferretería. De este modo tanto servía para instalarla lateralmente como a continuación del portón trasero permitiendo abrirlo en toda su extensión (al tener ojetes a lo largo de toda ella me permitían anclarla donde necesitara, en cualquier circunstancia). Como compré la lona más larga de la altura que tenía el 88, una vez instalada los faldones llegaban al suelo inclinados a modo de carpa “familiar” y cabía con mi pareja incluso con una mesita de camping y un par de sillas. Huelga decir que el montaje y desmontaje no demoraba más de unos 5 minutos ! Con unos palos desmontables de aluminio y unos tensores de cuerda de los utilizados en las carpas, la operación se completaba en un abrir y cerrar de ojos. Claro está, este sistema no es utilizable en los modelos actuales por la carencia de los anclajes oportunos (a no ser que se lleve baca y pueda anclarse en ella) pero da a ver la “inventiva” del momento para los deambulares que hacíamos ... Esta fotografia (ya posteada en otras ocasiones) corresponde a la primera travesía del Pirineo de extremo a extremo (de las dos que hice, la primera en sentido O -> E y la segunda en sentido inverso E -> O) Se trataba de unir el “Cabo de Creus”, en los límites con Francia, en la “Costa Brava” de Girona hasta su extremo opuesto, la “Playa de la Concha”, en Donostia, en el País Vasco) con el único propósito de circular lo máximo posible fuera carretera. Fue una gozada pues pasábamos días sin tocar núcleos habitados y únicamente pisábamos asfalto en aquellos tramos de enlace en los que no había otra posibilidad. Hace 25 o 30 años eran los inicios del 4x4 de ocio (quizás únicamente había los Santana y algunos viejos Willys) y no se había dado la masificación que ha habido posteriormente. Por ello aún se podía recorrer cuántos lugares apeteciera mientras pudieras pasar físicamente por ellos ... Fue una gran época y doy gracias de haberla podido vivir y disfrutar ! Hoy día prácticamente está limitada la circulación fuera carretera a los vecinos rurales del lugar o bien en escasas rutas, que más bien también pueden realizarse con prudencia con un turismo, ya que casi podría decirse que se trata de carreteras de tierra ...
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